La sanidad en África es una carencia más en su larga lista de derechos. Si hablamos de cuál es el coste de la salud en África, nos encontramos con que para la mayoría de su población resulta casi imposible ir al médico, ya que 300 millones de personas viven en situación de pobreza en el continente. Esta barrera económica hace que una enorme parte de la población quede desprotegida y que muchas personas pierdan la vida por cuestiones que en países como España nos parece totalmente increíble. La salud sigue siendo un lujo que muchos no se pueden permitir.
Tan problemático es cuánto cuesta ir al médico en África como la falta de profesionales en una región donde la pobreza impide a gran parte de su juventud ir a la universidad y formarse en medicina o enfermería. Las cifras nos dicen que existen dos médicos y 23 trabajadores sanitarios por cada 10.000 habitantes para cubrir las necesidades de atención primaria. Obvia decir que estas cifras no se dan en los entornos rurales. La triste realidad es que, en aquellos lugares donde más necesario es el trabajo de profesionales sanitarios, más problemas hay para encontrar médicos y personal cualificado.
Frente a esta falta de personal médico cualificado, los trabajadores sanitarios de ámbito comunitario pueden desempeñar un papel importante en la mejora de la salud de la comunidad en general y de la salud infantil en particular.
Asegurar que todas las personas tienen acceso a los servicios sanitarios básicos supone un reto, y la clave para el éxito será asegurar que la calidad de los servicios es lo suficientemente buena como para mejorar la salud de las personas que acceden a ella.
Partimos de una situación y zona como es Kelle (Senegal), en la que las infraestructuras médicas son muy escasas y los caminos casi impracticables, lo que dificulta mucho que las personas de áreas rurales y remotas puedan acceder a servicios sanitarios de calidad.